
Diamantes en bruto...
Cuentan en Oriente:
Una mañana temprano, antes de la salida del sol, un pescador fue al río. Cerca de la orilla sintió algo debajo de sus pies, y descubrió que era una pequeña bolsa de piedras. Recogió la bolsa y echando la red a un lado, se acuclilló a la orilla del agua, esperando la salida del sol. Estaba esperando la luz del día para iniciar su trabajo diario. Perezosamente cogió una piedra de la bolsa y la lanzó al agua. "Plop!", se oyó en el agua. Entretenido con el sonido, lanzó otra piedra. Al no tener otra cosa que hacer, siguió lanzando las piedras, una por una...Plop! Plop!...Plop!... Poco a poco el sol se levantó. Llegó la luz. Ya para entonces había lanzado todas las piedras, excepto una. La última piedra estaba en su palma. Su corazón casi le falló cuando, a la luz del día, vio lo que tenía en la mano. ¡Era una piedra preciosa! En la oscuridad, había arrojado muchas de ellas. ¡Cuánto había perdido sin darse cuenta! Lleno de remordimientos, se maldijo a sí mismo, sollozó, lloró y casi enloqueció de pesar. Por accidente, se había encontrado con una gran riqueza que podría haberle proporcionado un extraordinario bienestar en su vida. Pero sin darse cuenta, la había perdido en medio de la oscuridad. Y sin embargo, era afortunado, pues aún le quedaba una gema : la luz había llegado antes que arrojara la última "piedra". Pero no siempre sucede esto...
Este es el cuento, la parábola. Realmente nos comportamos como ese pescador. La vida tiene algo mágico llamado "OPORTUNIDAD". Se te brindan billones en toda la vida. Es más, CADA SEGUNDO ES UNA OPORTUNIDAD. Lo es! créeme! Es la posibilidad de ELEGIR aquello que te haga salir de la ignorancia, de la oscuridad. Cada segundo es un tesoro. Sin embargo, veo cada día y lo he observado en mí, como disfrutamos el PLOP , como nos hincamos de cuclillas, y tal como si fuera un juego, lanzamos esas oportunidades al medio del lago. No tenemos ni idea de lo que hacemos, realmente somos ignorantes. Desperdiciamos a cada segundo una oportunidad. Eso sí! Tenemos siempre la excusa adecuada para justificarnos! Solemos decir: y...todavía no es mi momento...aún no veo con claridad...
Sí, es cierto. Como no vemos con claridad, hacemos lo mismo que el pescador, y lanzamos una tras otra nuestras pepitas de oro al medio de la nada. Cuando iniciamos nuestra vida, somos ricos. Generalmente, cuando se está por extinguir, nos vamos muy pobres, y la mayoría de las veces desnudos .
Rosna
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